martes, 14 de abril de 2009

La venus vestida

Si hay algo que los historiadores sabemos muy bien es que no se puede volver al pasado para cambiarlo. Podemos buscar pistas, hacer una fotografía de él, analizarlo, desmembrarlo, tratar de reconstruirlo y pensarlo todo el tiempo. Pero no lo podemos arreglar.
Paris Bale apareció frente a mis ojos el jueves pasado con la sonrisa perfecta, que lo hace a él aun más perfecto, y la camisa roja que le queda tan bien. Nos abrazamos porque no nos habíamos visto desde principios de enero. Me gusta su voz. Esa misma con la que me dijo que por la noche varios del programa iban a estar en un bar sobre Bloor Street. Como yo iba camino a la biblioteca Robarts me despedí rápido con la promesa de que los alcanzaría para brindar por el éxito de Christine, su Christine, en esa pesadilla académica a la que me enfrentare en noviembre: los Comprehensive Exams.
Estuve en el piso 11 de la biblioteca debatiéndome entre ir o no. Tenía un libro de cuentos de Roberto Bolaño entre las manos y una vista privilegiada de Toronto frente a mis ojos. Era un día claro, se podían ver los lagos y parecía que la ciudad no tocaba nunca al horizonte. Me puse de buenas y también me puse en camino. A las 8.30 llegué a la dirección que Paris había apuntado en mi libreta con su mano izquierda, la misma a la que me aferré horas después.
Estuvimos en el bar hablando ya no me acuerdo de que. Estuvimos rodeados de gente que me saluda con afecto y de otros que me ignoran sin ningún cargo de conciencia. Yo hago lo mismo con ellos. Christine se fue y después de ella comenzaron todos a desprenderse de sus bancos. Igual que el resto me dispuse a partir. Paris me detuvo con su voz: Ya es tarde, no tienes que irte hasta York. En mi casa tengo un colchón extra que puedes usar, no te preocupes.
Qué bien, muchas gracias, acepto. Y me tomé otras cervezas.
Cerca de las dos de la madrugada estábamos en la esquina de su casa y terminó la jugada: la verdad es que no tengo un colchón extra, pero mi cama es muy grande, espero que no te importe. No, no me importa, está bien, contesté. Mientras tanto, las tripas se me iban a los pies y mi mente regresaba a un pensamiento que en la mañana me pareció intrascendente: Caray, me dije a mí misma antes de bañarme, estas piernas son una desgracia, debo consentirme más, ando por la vida ocultando tras el pantalón al eslabón perdido de Darwin. Pero no hice nada al respecto.
En efecto, su cama era grande. Se quitó la camisa y el pantalón. Salvo los tenis y los calcetines yo no me quite nada más, ni la blusa, ni la playera, ni la idea de que debí pasarme el rastrillo, caramba que no lleva tanto tiempo, ni la idea de que habíamos estado tomando cervezas con Christine y yo no me quería meter en triángulos amorosos de los que luego no se puede salir. Take your clothes off me dijo con la misma voz que me encanta mientras se metía en la cama. Pero yo me volví de mármol. Me metí debajo de las sábanas como si yo fuera la Venus de Milo vestida. Así, tiesa y sin brazos me quedé cuando él me tomo entre los suyos y me dijo que le gustaba como olía mi cabello. Yo sentí su cuerpo pegado al mío, lo sentí como un golpe, desde los pies hasta la cabeza, me convertí en un zigzag y luego otra vez en la Venus vestida y sin depilar. Me quede quieta y le tomé la mano. El comprendió que no iba a pasar nada más, se volteo despacito y yo lo abracé como quien quiere aferrarse al hubiera. Le dejé un beso invisible en la espalda, como si mis labios fueran de espuma…apenas lo toque. Luego nos dormimos, o fingimos que dormimos o no nos importó.
Despertamos, cada uno perfectamente bien ubicado en su extremo de la cama, lejos. Me pareció que el rayito de sol que entraba por su ventana se estaba burlando de mis prejuicios y de mi cobardía. Nos fuimos a desayunar y me habló de Christine, me dijo que ya no estaba con ella, que había sido una relación muy dolorosa. Que no la olvida, pero que ya no funciona, que ahora está en una relación abierta, que…no sé qué más. Me acompaño hasta el metro y me dijo que viene a la universidad todos los jueves, que quizá luego podríamos vernos o hacer algo. Le dije si, hasta luego o algo así. Y lo abracé como quien abraza a la luz.
Esta mañana me encontré, debajo de mis bolsas, la blusa a rayas que traía puesta esa noche. Olía a madera, a tabaco envuelto en papel arroz, a su espalda, a él. Me dieron ganas de tenerlo cerca de nuevo, de retroceder el tiempo, de cambiar los recuerdos, de volverlo a ver. Ya se me pasará, espero. Carajo! con lo que me molesta la frase ten cuidado con lo que deseas porque se te puede cumplir.

10 comentarios:

Edu dijo...

Todo empieza hablando sea en un bar o bajo las estrellas y asi es, lo malo de los deseos, que alguno puede tener un hueco en la realidad.
Un Saludo.

Mariposa Tecknicolor dijo...

"A donde tu me lleves, contestó.
Entonces fuimos hasta
mi casa que es el polo, le advertí.
Con un colchón nos basta,
de estufa, corazón, te tengo a ti."

Jajaja
Benditas historias. Bendito campus. Bendito amor.

Por algo pasan las cosas mi querida amiga. Me estaba atacando cuando leí que nada pasó... pero luego pienso que va bien, está bien, quizá así debe ser.

Disfrútalo. Disfrútalo otra vez recordándolo.

Un beso enorme.
Te quiero mucho.
Te extraño más.
Me uuuuurge que vengas ya!!!

xoxoxo

Lilith dijo...

Si las circunstancias no eran ideales, nunca nos arrepentiremos por lo que no paso y si su historia esta destinada a ser pues simplemente sera.

Besos!!!

El peregrino dijo...

En Los caminos a Roma, Vallejo narra su historia con "el gringuito". Y dice: "lo que ha de ser que sea ahora, y nuestro ahora ya pasó, fue anoche cuando no quisiste fingiéndote sintonizado en otra emisora. Y hoy ya lo que no pudo ser no será".
Así es la vida ma chère Madame Copo de Nieve.
Besos desde Bogotá.

Bismark Estrada dijo...

Lograste mantenerme al borde... que bien logras escribir esto que te sucede... imagenes que crean la atmosfera del momento y la hacen mas rica quiza... el hubiera haciendo de las suyas... pero igual es mejor asi, dejemos del pasado y concentremonos en el ahora.

Un abrazo.

Mariposa Tecknicolor dijo...

Copooooo
Muchas gracias por tu comentario.
He vuelto a leer esta entrada tuya y me ha gustado horrores, mucho más que la primera vez.

No dejes de escribir por favor. Así como yo te guío por nuestra Ciudad de caos vial, tu me guías por tu mundo de encuentros, casualidades y buena fortuna.

Amor amor amor: siempre está acá y también está allá contigo.

SALUDOS!!!

El escupidor de palabras dijo...

Pffff Copo!!! que letras! y siempre pasa, esas ganas de sentir el tiempo al revez son incontrolables, de cambiar el momento actual por el pasado para estar en esa situación y tener el control de la misma... como quien abraza luz! me encanto esa frase! un beso!! no había podido pasar, pero siempre es bueno leerte!

Lilith dijo...

Saludos y Besos de casi ombligo de semana!!!
Suerte con Clio espero que siga contigo.

dispersa dijo...

q bien suena q te digan q huele bien el cabello..Me gustó tu pausa o el reposo,seguramente a ÉL también porq suaqvemente se quedo en ese letargo..Creo ..y siii!!! me va a salir el lado romántico o mejor dicho lo q deseo..q no fue ,no es lo q no paso..ES Y por cierto lo transmitis perfecto con tus letras.

DEBO DECIRTE Q PERMANECE MI IDILIO CON TU MANERA DE ESCRIBIR Y SE ACRECENTQA LO Q TE EXTRAÑO,PROMETO ESTAR MAS CERCA,UN ABRAZO DE CORAZÓN A CORAZÓN.

DISP

Lilith dijo...

Solo pasando a dejar saluditos y besos de fin de semana =0P